Antes de ser administradora de fincas fui presidenta de mi comunidad de propietarios. Descubrí que el administrador usaba los fondos de nuestra comunidad para pagar gastos de otra que también administraba.

Enseguida lo comenté con los vocales de escalera y diversos vecinos, decidiendo convocar urgentemente una junta en la que el único punto del orden del día era «Destitución del actual administrador«.

Allí nos presentamos todos con ganas de comérnoslo, pero el individuo se limitó a decir que tenía derecho a cobrar una indemnización por importe de las seis mensualidades que restaban hasta cumplir su año de «mandato».

¿Y qué pasó? Pues que los vecinos se pusieron nerviosos y se empezaron a echar atrás porque no estaban dispuestos a pagar tal indemnización, así que tuvimos que fastidiarnos durante otros seis meses con su pésima gestión.

Nunca me perdonaré el no haberme informado antes de los pasos a seguir a través del Colegio de Administradores; yo sabía que no se podía disponer de los fondos de una comunidad para pagar los gastos de otra, pero no si aquello era delito. En caso de haber sido así, le hubiéramos amenazado nosotros a él con una demanda y seguramente no nos hubiera exigido la indemnización.

Ahora que soy administradora de fincas ya sé cómo hay que hacer las cosas:

1) Si se tienen pruebas de actuación negligente por parte del administrador ponerlo en conocimiento del Colegio de Administradores.

2) Buscar administradores de repuesto, a ser posible con referencias de su trabajo en otras comunidades, detalle de los servicios que presta y precios.

3) Convocar la junta, destituir al anterior y proponer los administradores alternativos.

El código deontológico del Colegio de Administradores de Baleares desaconseja que el nuevo administrador acuda a dicha reunión, pero opino que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Ahora los vecinos quieren saber a quién contratan, cuál es su método de trabajo, su servicio de atención al cliente… Y para ello lo ideal es que los administradores propuestos dispongan de 5 minutos para presentarse ante la Junta y que se le hagan las preguntas necesarias.

Si el administrador saliente se siente incómodo, puede ausentarse mientras tanto de la reunión.

Una vez hechas las presentaciones, que se entreguen los presupuestos y los propietarios decidan cuál va a ser su próximo administrador.

Así es como veo yo las cosas, aunque claro está que es una opinión muy particular y cada uno puede tener la suya, ¿tú cómo lo harías?.

Comparte tu idea en la sección de comentarios.